La vejez

Aquí estoy de vuelta en el mundo del blog. En esta ocasión reflexionaré sobre el paso del tiempo. Y ¿qué es lo que me ha llevado a recapitular de esta manera? Pues una noticia alegre, a saber: es el primer verano en 6 años que tengo vacaciones de verdad. No me lo puedo creer ni yo. Por fin no tengo que pensar en exámenes en septiembre y puedo disfrutar de ellas sin que sean un angustioso cuenta atrás. De manera que me he propuesto no hacer NADA.

Lamentablemente entre el calor y bioritmos acelerados durante demasiado tiempo me sigo levantando a las 8 de la mañana. Pero no hay mal que por bien no venga, así aprovecho para hacer la compra a buena hora, ir de rebajas, ver series o jugar a la wii. He de decir que la terapia está resultando provechosa: no ando pendiente de Internet nada más que para el ocio, la presión arterial no me sube en absoluto y revivo la juventud perdida. Lo de no seguir un horario me parece divino.

Y lo curioso es que cuando pienso en lo que la gente de mi edad ha hecho con su vida, me parece interesante lo poco que tenemos que ver unos con otros. Hay más de una que se lanzó al mundo de la maternidad, mi más sincera enhorabuena, pero eso sí, no me contéis rollos interminables sobre lo maravilloso y perfecto que es vuestro hijo. Por si no lo sabéis es enervante y aburre a cualquiera. Seguro que si sois gente con una vida equilibrada y sana tendréis otras cosas de las que hablar.

También quiero felicitar a los que tienen una casa comprada ya que se metieron en una hipoteca en la veintena y ahora pagan unas mensualidades manejables. Os deseo suerte si es que la comprasteis con vuestra pareja, porque si la tenéis que vender ahora va a ser una pérdida de dinero.

Y finalmente estamos los que nos hemos dedicado a ser esclavos del trabajo ( este no es un grupo en el que no quepan las categorías anteriores). Es decir, los que nos hemos dedicado a estudiar y trabajar. De mi especie hay pocos, hace falta ser un poco masoca para no tener prácticamente fines de semana por culpa del estudio más allá de los 25. Desde luego añadir que el estudio puede ser frustrante por el grado de dificultad y concentración que requiere, pero nunca un buen libro conspira contra ti, te habla mal etc... Es decir, dentro de que es una tarea que yo diria requiere más esfuerzo, es bastante más gratificante.

Visto lo imprevisible de los caminos que se toman ¿Alguien se atreve a hacer apuestas sobre lo que vaya a pasar en los siguientes 10 años?